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REFLEJOS

A TUS PIES

<strong><font size="4">A TUS PIES</font></strong>

A tus pies tengo mi cuerpo entero, mi piel desnuda, temblando sin motivo. A tus pies dejo el regalo de mi deseo, las caricias de un placer prestado, las manos que pecan a oscuras.  

A oscuras te llamo y te abrazo, te entrego la lengua y el ombligo, te miento y no me dejas que me arrepienta. A oscuras soy la que abandona la fragilidad y se vuelve piedra, la que devora sus propios miedos y los convierte en escudos, la que deja escapar las lágrimas por la puerta trasera del alma.

Dime algo, una frase, una palabra… Lo primero que se te ocurra. Y sin pensar te dije: “Tengo el corazón encerrado en el silencio de otros labios”. Abriste los ojos, mudo, y me miraste. Me estudiaste el rostro con cuidado, repasando mis cejas, mi nariz, mis ojos, mi boca y mi cuello. Me rozaste el hombro con los dedos, con delicadeza y en silencio, y cerraste de nuevo los ojos: “Diez palabras. El amor tiene cuatro letras y diez palabras”. Y besaste con ternura la lágrima rebelde que se me escapaba por la puerta principal del alma…

ELLA, MÁS QUE NUNCA

<strong><font size="4">ELLA, MÁS QUE NUNCA</font></strong>

Así es como siempre me recuerdo cuando pienso en ti. Arropada por tus brazos. Protegida. Con esa seguridad que sólo el amor de una madre transmite.  

Mirando la foto te veo desde unos ojos de niña, persiguiendo tus faldas, buscando siempre tu mano, tu mirada, tu sonrisa… Desde los ojos de niña veo también a papá al otro lado de la cámara, persiguiendo siempre mis sonrisas, mis torpezas infantiles, mis juegos, mis ojos hambrientos de novedades… 

Mirando la foto veo a la mujer a la que siempre he admirado, a la que rompió los moldes a cada paso que daba, a la que nunca pudieron obligar a hacer nada que no quisiera, a la que luchó siempre por sus derechos antes de que el feminismo se inventara, a la que cayó mil veces y mil veces se levantó sin rendirse, a la que aprendió a vivir enfrentándose a la vida misma, a la que no conoce el significado de la palabra derrota, a la que enseñó a muchos el significado y el sentido de la palabra justicia. 

Mirando la foto veo también a la madre que siempre ha estado a mi lado, acompañándome en mis tristezas y mis alegrías, la que siempre me ha dado consejos pero nunca me ha obligado a nada, la que miraba desde la barrera cómo me equivocaba pero nunca me dijo: “ya te lo dije”, la que sonreía tiernamente cuando me veía tropezar mientras me insistía en que volviera a intentarlo, la que me daba lecciones de fuerza, de lucha y de compromiso con gestos y no con palabras. Y, sobre todo, veo a la madre que siempre ha estado dispuesta a dejar todo si uno de sus hijos la necesitaba.   

Hoy sé que te sientes sola, que una parte de tu alma ya no está contigo, sé que lloras cuando no te miramos, sé que aparentas esa fuerza que hoy no tienes y sé que le sigues buscando en cada olor de la casa, en cada papel perdido, en cada libro que dejó señalado y en cada uno de nuestros gestos y palabras. Porque hoy, más que nunca, él está visible en cada uno de nosotros.  

Y por eso, por todo eso, hoy más que nunca, te quiero. Te quiero más que nunca…

ARAÑAS EN EL RECUERDO

<strong><font size="4">ARAÑAS EN EL RECUERDO</font></strong>

Como arañas invisibles, derramándose en el aire, rasgando ventanas y desgarrando cielos... Igual que las ramas desnudas de invierno son tus manos sobre mi piel, cubriendo con trazos de sangre invisible un cuerpo coagulado.

Ya no siento tus caricias. Ahora sólo me recorre tu recuerdo. Deja que lo desenrede, que deshaga sus nudos con cuidado antes de que al invierno vuelvan a crecerle las uñas sin que mi piel haya aún cicatrizado.  

DE SOLES Y DE OLIVOS

<strong><font size="4">DE SOLES Y DE OLIVOS</font></strong>

A veces la naturaleza premia mi tenaz insomnio. Y mientras otros duermen, yo asisto al despertar de soles y de olivos.  

Lo fotografío… Por si alguna vez el recuerdo me miente y llego a creer que fue un sueño. Por si alguna vez el sol se quedara dormido.